viernes, 11 de marzo de 2016

Historias de un espantapájaros.

CAPITULO 1 
EL DECIMO DIA:

-Ella me lo dijo Doctor, dijo que era especial, su debilidad y que me queria. 
Vi la verdad en sus ojos, vi su sinceridad en sus labios. Es imposible mentir.

Era el sexto dia que salía el sol por la ventana de aquella oscura habitación, habitada por un "loco" segun la sociedad.
Mi entretenimiento se basaba en la visita diaria del Doctor N. siempre al ponerse el sol, él tocaba la puerta. Mientras tanto el resto dendia dormia o proponerme recordar el porque del sentido de estar sentado en el suelo de aquella parecida mazmorra.
El escenario de aquella celda era comica y a la vez siniestra, comenzando por unas paredes sucias de algo parecido a grasa, un suelo manchado de lo que  en su dia fue sangre derramada, y acabando por los  ruidos mas alla de las finas paredes quebradas de aquella celda de poco más de 10 metros cuadrados.

-Es la duda la que me trajo aqui Doctor?
La duda de cual era la version, de creer que era cierto lo que contaba, si exageraba o era una opcion?
Fue la moral Doctor? 
De olvidar y vivir con la carga de haber callado, o de ayudar. 
La comida me sabia a pobre, pero con el paso de los dias fue cojiendo gusto, y la mente fue engañando mis sentidos y la vision de mi pequeño mundo. De lo que parecia una racion pequeña , con los dias pasaba a ser suficiente. 
Me hacia recordar a todo lo que no me gustaba comer en casa y que ahora comería, me hacia pensar en que odio la soledad en las horas de tener un plato delante, cuando antes no soportaba ni una palaba en la mesa. 

- Como puede ser que de la "nada" fueramos el "todo" en tan poco, y que por consecuencia cambiasen los echos aun más rápido al sentido contrario...
Sigo sin entenderlo Doctor, le estare dando demasiadas vueltas?

Llegue a encontrar un metodo para poder apuntar los dias, al octavo dia de estar allí supe que cada dos dias venian con una mangera en mano y expulsarian un chorro de agua a gran presion, solia durar 20 minutos, o esa sensacion tenia.
El agua fria hacia que tiritase varios minutos, dejando mi cuerpo inmovil mirando al suelo y pensando en algo que luego nonrecordaria, pero hasta pensar era inutil.

- Como puede ser el mundo así, como a alguien tan indefenso, tan sincero, porque a ella, que debia hacer Doctor? 
La veia y me venian todos los recuerdos, todos los momentos pasados juntos , y llegaba a preguntarme si fue realmente un sueño que mi mente habia imaginado en su subconciente a la hora de dormir. 
Eran culpa de las horas que pasaba pensando en ello, que al cerrar los ojos por la noche, mi mente versionaba los echos y cada noche cogian una forma diferente, con distintos finales.

Los nueve primeros dias, el Doctor N., no dijo ninguna palabra aparte de darme permiso para hablar o tomar asiento en la silla que traian. Siempre venia acompañado de dos ayudantes, que entraban para dejar dos sillas, luego abandonaban la habitacion dejando a su paso un leve portazo, finalizado por un sonido de llaves entrechocando mientras cerraban la celda. Despues de eso el doctor se limitaba en escribir o dibujar en sus hojas de quaderno rojo mientras yo hablaba. 
Todas las visitas acababan igual, se levantaba cuando veia que me desesperaba al ver que no respondia a mis preguntas, y cogia con una mano sus cosas , se colocaba sus gafas de leer en su bolsillo izquierdo de su negro traje y con la otra mano su silla. Esa accion daba paso al sonido de las llaves de nuevo junto a la cerradura, seguido de la llegada de sus ayudantes a levantarme y llevarse el unico objeto que me habia echo más humano en los ultimos dias.  
Siempre quedaban en el aire muchas preguntas, por suerte despues de cada sesion de "idiotas" como yo lo llamaba , me dejaban una hoja y un papel junto a la puerta. En ella siempre dibujaba un cuadro con sus perpestivas tridimensionales. 

El décimo dia fue diferente.

-Sientese, y cuenteme desde el principio su historia, dejaremos las respuestas de sus preguntas para el final. -Dijo el Doctor.

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